Este proyecto se diseñó para ampliar una casa existente. Se encuentra en las montañas, rodeada de viñedos y pequeños arroyos de aguas rápidas. Una vista impresionante del valle y los Alpes Orobianos.
La sala está dividida en dos partes para aprovechar al máximo el espacio. El primero consta de un dormitorio y un cuarto de baño distribuidos en dos plantas, con una superficie de 60 metros cuadrados2 En la parte trasera de la casa.
Las paredes están decoradas con madera de fresno tratada térmicamente, mientras que el suelo y el baño están acabados en mármol cepillado claro.
La segunda parte de la casa, con 200 m de superficie2, Dividido en cocina, despensa, baño, comedor y porche exterior con piscina. Se asienta sobre una superficie plana de piedra natural y está rodeada de exuberante vegetación. Grandes ventanales ofrecen una pintoresca vista sobre el valle.
La idea de diseño surgió de la necesidad de aprovechar todo el espacio y crear un hogar acogedor y confortable. Para ello fue necesario excavar la roca y dar forma a la terraza.
Los diseñadores decidieron utilizar granito pulido negro puro para el revestimiento de la cocina, el baño y la zona de la piscina. El suelo, incluida la veranda, es de sillería para crear una cohesión visual entre el interior y el exterior – este era un requisito independiente en la fase de planificación. La estrecha conexión entre los espacios interiores y exteriores también se ve acentuada por los grandes ventanales que inundan de luz cada habitación.
¿Cómo lograron adaptar el diseño de la casa a la forma de la colina sin comprometer la estética general del proyecto?