


Una escalera envuelve una pared translúcida de paneles incandescentes.

Una gran sala diáfana, que combina el comedor con la cocina y el salón, se encuentra en la primera planta del inmueble. Dispone de grandes puertas correderas a través de las cuales se puede admirar la vista de las montañas cercanas y del lago.


En el interior, la blancura del yeso y el cedro natural contrasta con los elementos de acero ennegrecido. La casa de materiales naturales se integra perfectamente en el entorno.