
Según los arquitectos, el principal objetivo era integrar el edificio en esta parte de la ciudad donde Cordillera de los Andes, extremadamente potente tanto visual como tectónicamente. Así que la presencia de paisajes montañosos se consideró un telón de fondo obvio.
En cuanto a lo anterior, la estrategia para lograr la idea propuesta consistió en colocar la casa como si estuviera apoyada en algún lugar de una ladera y, utilizando taludes en el interior. Este ajuste dio lugar a una entrada inusual, así como habitaciones para niños donde hay espacio para camas con la posibilidad de admirar el cielo.
Una tarea importante era garantizar una circulación fácil y constante de aire fresco. Como consecuencia, se alinearon ventanas y puertas y se creó una integración visual.
Las fases de construcción consistieron en primer lugar en colocar muros de contención para crear un plano horizontal en las zonas públicas de la casa. En segundo lugar, en la instalación de los contenedores y su montaje desde arriba. En tercer lugar, en envolverlas con materiales que unan las piezas y creen una fachada ventilada.
No sólo se optó por el bajo coste de los materiales, sino también por sus bajos costes de mantenimiento. También se tuvo en cuenta su durabilidad, añadiendo valor el diseño de este interior.
Los elementos arquitectónicos, como ventanas y puertas, se colocaron de forma inteligente en toda la casa, no sólo para mantener los costes bajos, sino también para crear un mundo arquitectónico unido a su entorno.








