











Es esta fuerza de espíritu la que simboliza el árbol centenario plantado en medio del patio y rodeado de agua. Por petición del propietario, la fachada de la casa está cerrada por casi todos sus lados. Las pantallas de madera exteriores permiten la entrada de aire en la zona de estar. Un patio central también ayuda a llenar la habitación de luz y aire fresco. Y entre el dormitorio y el patio, puedes abrir estos biombos. Un caleidoscopio de luces, sombras, aire y pantallas dan a sus ocupantes una sensación insólita. A veces el árbol se despierta y se baña en luz. La estética del conjunto se ve reforzada por el hecho de que la influencia del mundo exterior se reduce al mínimo.



Los creadores de esta casa – Wallflower Architecture + Design.