
El edificio de estilo Art Nouveau, con su sencillez, parece realzar el esplendor de la naturaleza.

Para aprovechar al máximo la luz del día, la casa se ha orientado hacia los puntos cardinales de la brújula para que el sol penetre en ella por la mañana y por la tarde.


Una combinación de gris claro, negro y fucsia que resulta elegante pero discreta.

El cedro rojo canadiense de las correas une los cubos de hormigón con las formas naturales.

Pero las paredes y el techo claros dan a la habitación un encanto inexplicable. El principal acento de color lo pone el animado jardín, que se puede admirar a través de la ventana de toda la pared.
La zona del comedor está realzada indirectamente por una pared corredera de cristal. Detrás del muro, hay una vista maravillosa del prado que hay delante de la casa.


El diseño de la escalera de acceso al primer piso y el resto de las habitaciones están en armonía con el concepto general. La escalera es de nogal americano oscuro. Armarios del mismo material llenan el espacio inferior.


El sistema de recogida de aguas pluviales capta y depura el agua de lluvia, satisfaciendo la necesidad de agua fría de los propietarios. El sistema de ventilación con recuperación de calor integrada reduce significativamente los costes de calefacción.
Los creadores han logrado todos sus objetivos. El resultado es una casa bonita, cómoda y económica.

