

La casa está partida en dos como si un niño hubiera decidido jugar con cubos, los hubiera esparcido por todas partes y luego hubiera construido una torre con una ligera curva.
En la parte trasera, todo es negro ininterrumpido: la fachada, la pared del segundo piso y el tejado a dos aguas liso. Las vistas laterales y frontales son más interesantes y poco convencionales.
Las grandes ventanas panorámicas ofrecen una espléndida vista del entorno natural. Como un lugar ideal para un artista o un fotógrafo!
El minimalismo se ve por todas partes. Sencillo, lacónico, cómodo, pero sin excesos: una especie de pedantería alemana.


El salón, el estudio y la cocina están integrados en la planta superior. Sin embargo, esta cómoda zonificación se lleva a cabo sin grandes prioridades y se realiza en un esquema de tonos.
El resultado es una habitación generosa en volumen pero, al mismo tiempo, no sobrecargada de objetos de interiorismo redundantes.
Por un lado, un espacio para la paz y la tranquilidad; por otro, un espacio con mucho espacio positivo y creativo para crear.

La planta inferior del diseño está representada por un dormitorio y una original ducha. Aquí el vuelo de la fantasía va más allá incluso de las imaginaciones más atrevidas.
Las enormes ventanas que cuelgan del suelo y las paredes transparentes de la ducha del cuarto de baño crean la ilusión de una conexión total con la naturaleza.
Puerta de cristal y escalera con peldaños empotrados en la pared definen la entrada a la casa.
La ausencia de barandilla y la singularidad del diseño del ascensor parecen ampliar la superficie del pequeño pasillo, llenándolo de aire.


En este proyecto, todo está en su sitio, tanto fuera como dentro.
Esta contención surrealista en la imaginación de los arquitectos es como mirar al futuro: extraño, nuevo, inusual, pero seductor e inesperadamente bello en su simplicidad de contrastes!

Notables fotos de Herbert Stolz.