




La planta baja de la casa también tiene forma de abanico y es un gran espacio dividido en zonas.
El movimiento del sol se siente en la casa durante todo el año. Sus rayos, que bañan la fachada desde el este, penetran profundamente en las habitaciones, impregnando la tranquila paleta beige del interior.
Esta morada es un fiel reflejo del alma del fascinante país en el que se encuentra. Incluso sin los llamativos elementos y símbolos manifiestos, capta sorprendentemente el significado y la esencia de la cultura que lo rodea.



El edificio fue diseñado por Fujiwarramuro Architects.