El resultado fue una planta superior adicional, una ampliación de las alas delantera y trasera y una renovación radical de la fachada. La proximidad física de la casa con el chalet adosado vecino dificultó mucho la tarea.
El uso de materiales de construcción modernos ha evitado aumentar demasiado la masividad visual. Paredes blancas y muchas ventanas dan a la casa un aspecto luminoso y armonioso. Para que en su interior no se sienta especialmente el extenuante calor tropical, cuenta con amplias verandas, balcones y un profundo patio con toldo utilizado para aparcar coches. Además, las persianas a medida de las puertas de los balcones forman parte del sistema de ventilación pasiva.
La paleta de colores elegida incluye sólo tres colores primarios: una mezcla minimalista clásica de blanco y negro y madera natural para el suelo y parte del mobiliario. Esta elección dio continuidad a todo el concepto.
Los espacios interiores son una prolongación del estilo exterior y se funden perfectamente entre sí gracias a la ausencia de puertas y tabiques interiores. Un proyecto como éste puede perdurar en el tiempo, regocijando a sus propietarios con su inusual belleza y su bien pensado confort.
¿Cómo se puede lograr el minimalismo asiático en un hogar urbano monocromo?
¿Cómo se logra mantener la sensación de tranquilidad y armonía en un hogar con una estética minimalista asiática en una ciudad tan vibrante y caótica como esta? ¿Existen algunas técnicas específicas o elementos clave que se deban tener en cuenta para lograr este equilibrio entre el estilo urbano y la serenidad oriental?