
La característica más llamativa de la villa es la piscina de 40 metros, imprescindible para el clima cálido del país.
La piscina se complementa con una gran terraza con espectaculares vistas de la fauna balear.

El edificio está diseñado de forma que una parte está ocupada por la zona de invitados y la otra por el dormitorio y el cuarto de baño.
Gracias a las paredes de cristal y las grandes aberturas, todas las habitaciones están bañadas por la luz del sol.
Cerámica blanca y elementos rústicos por doquier, el espacio interior trasciende las nociones convencionalmente concebidas.


El tratamiento exterior de ladrillo blanco y las paredes transparentes desempeñan un papel importante por la noche: ahora no es la calle la que ilumina la casa, sino que la casa ilumina la calle.
Como es típico de su estilo Art Nouveau, el exterior del edificio presenta serenidad espiritual y una sensación de confort.
