

La casa no se construyó desde cero. Otro cliente acudió al estudio de arquitectura con la petición de renovar un edificio existente en la ladera de una colina. La misión tenía sus retos y matices. Debido a la sinuosa tubería de aguas residuales situada bajo los cimientos de la casa y a las dificultades del terreno, no fue posible demoler el antiguo edificio hasta sus cimientos. Tuve que mantener el diseño original de los cimientos. Pero los arquitectos han conseguido – abrir al máximo el espacio y las vistas a la orilla del mar colindante. La fachada de la casa se ha diseñado con grandes ventanales que dejan entrar un mar de luz y una brisa fresca.


Esta estructura minimalista cuenta con dos dormitorios, un cuarto de baño y una cocina conectada a un bonito y luminoso salón. Los diseñadores incluso se las arreglaron para instalar un lavadero. El revestimiento ecológico de madera de las fachadas exteriores armoniza con el entorno natural. Un enorme balcón en la primera planta permite admirar magníficas puestas de sol y el juego de las olas del mar. El aroma increíblemente fresco del aire local y el rugido del oleaje proporcionan a los ocupantes una experiencia única.


