







Lo primero que había que hacer era insonorizar. Para ello, la casa se rediseñó de modo que atrajera especialmente al patio interior. También se utilizaron muros de jardín con persianas móviles. Además, todos los cambios se hicieron para que cada habitación recibiera el máximo de luz natural y el sol iluminara la piscina el mayor tiempo posible.


Utilizar la antigua escalera de la casa y baldosas portuguesas especiales para mantener el estilo general. Sin embargo, había mucha novedad en la decoración y el enfoque minimalista del mobiliario. De este modo, el edificio se convirtió en un lugar donde dos tiempos se encontraban en una única composición.






