
Lo primero que llama la atención es la abundancia de color blanco y la ausencia del habitual techo plano. La madera oscura contrasta bien con el blanco. Todos los interiores están realizados en el clásico estilo rústico italiano.

En la primera planta hay una moderna chimenea suspendida. Un lugar para los que buscan intimidad, meditación o tiempo a solas.


Unas escaleras muy elegantes conducen a la chimenea de la primera planta.


El ingenio de Paola Navone hizo lo imposible por crear una casa tan moderna y confortable con un toque de antigüedad en una antigua nave industrial.