La casa no sólo es encantadora por dentro sino también por fuera. Decorada en un encantador estilo victoriano, la mansión conserva su exterior original. Cada detalle sirve para recordar una época en la que el romanticismo sólo se encontraba en los libros y las películas. Caminos bonitos y cómodos hasta la casa, un jardín delantero bien cuidado, un tejado blanco como la nieve y un tono cálido en las paredes de ladrillo crean una imagen realmente fabulosa.
Los acabados naturales – madera de lujo, tapicería de cuero y textil – armonizan con el moderno gres porcelánico y los sencillos acabados blancos de las paredes. El exquisito mobiliario antiguo y la espléndida escalera de madera oscura, como una máquina del tiempo, trasladan a los huéspedes de la mansión al elegíaco siglo XIX…
Amplio salón con vistas a la terraza, que refleja la calidez de los propietarios. Un sofá tapizado en piel blanca como la nieve, una alfombra mullida, coquetos cojines y lámparas con luces tenues crean un ambiente único. Y justo al lado está la cocina ultramoderna con todos los electrodomésticos que necesitas. Las habitaciones para propietarios e invitados destacan por su sofisticada elegancia y los cuartos de baño son un guiño a la modernidad de alta tecnología.
¿Cuál fue el motivo principal que llevó a la Reina a realizar una profunda reforma en su casa aristocrática?