Los residuos excavados del túnel se utilizaron para construir los edificios de la administración y la estación. El número total de trabajadores implicados en este ambicioso proyecto alcanzó los 20.000.
La construcción tuvo lugar a una altitud de 985 metros sobre el nivel del mar, su pendiente en algunos tramos es de 460 m, la inclinación es del 20-25% en la mayor parte de la carretera, hay valores extremos de la subida y del radio de las curvas.
Hubo que utilizar nuevas herramientas y técnicas y diseñar motores más potentes, que hasta entonces sencillamente no estaban disponibles. Varias empresas participaron en el concurso y la ganadora fue la empresa de ingeniería de Baviera, cuyas locomotoras tenían la mayor capacidad de elevación del momento. Se le concedieron 20 000 ducados como recompensa.
El estado del lecho del ferrocarril es tan bueno que aún no necesita una revisión, incluso después de 150 años! También es único el hecho de que se utilizaran 80.000 losas de piedra y 65.000 ladrillos para construir la plataforma de la vía en lugar de hierro y acero.
Sólo los raíles y los elementos del equipo de vía eran de metal. Estas sutilezas le han valido el sobrenombre de "la carretera de ladrillos. No en vano, fue el primer ferrocarril del mundo inscrito en la Lista del Patrimonio Mundial de la UNESCO.
El pintoresco entorno de los Alpes, por donde pasa la carretera, está repleto de pueblos y complejos turísticos de cuento de hadas. Desde el siglo XIX, Semmering es conocida en todo el mundo como estación balnearia y de esquí. Cuando se inauguró el ferrocarril, la gente acudió en masa a ver por sí misma la belleza de Austria. La durabilidad de la estructura inspira un sincero respeto.
