
Un visitante de “La hermosa casa de campo”probablemente estaría de acuerdo en que la asociación con la corona de espinas no es muy buena, porque la corona es un símbolo de sufrimiento, pero la capilla es muy agradable.
Poéticamente hablando, este es un reino de aire puro, elfos gráciles, dríadas graciosas y un espíritu sagrado. Las 425 ventanas son tan limpias y claras que crean la inolvidable ilusión de que la capilla no tiene paredes, sino sólo vigas de pino que sostienen el tejado de hasta 15 metros de altura. Un cenador idiosincrásico abierto a los vientos de todas direcciones.

Otras autoridades también se fijaron en la fantasía arquitectónica materializada: en 2006, la creación recibió el –Premio de los Veinticinco Años. El Instituto Americano de Arquitectos sólo lo concede a los edificios que siguen en pie después de 25 años.
