


El campanario vigila toda la estructura, como si estuviera justo en la entrada. La entrada a la iglesia es un sencillo vestíbulo rectangular con una puerta discreta que da a la sala de oración central, a ambos lados de la cual hay dos alas del edificio. El resultado es una interpretación ligeramente diferente de una sección de basílica clásica para una parroquia pequeña y moderna. Las alas albergan la sacristía, salas públicas y oficinas, sala de música y cocina.

El vestíbulo principal ofrece un amplio espacio abierto con algunas sillas que pueden reorganizarse durante los actos sociales, mientras que el podio se eleva sobre el vestíbulo y ofrece asientos adicionales.

Detrás del altar, una pantalla de madera multicolor llega hasta el techo y cubre la hornacina del órgano situada detrás. La luz natural entra en el edificio desde arriba a través de una enorme ventana de cristal esmerilado y, por la noche, unas luces colgantes bajas crean un ambiente cálido y ligeramente íntimo de recogimiento y tranquilidad.

