Los propietarios, Marie Grandmar y Charles Sasilotto, se sintieron tan inspirados por la obra de Varne que decidieron hacer su propia versión de Naturhus. Compraron un terreno en el que ya había una casa de verano e instalaron un invernadero estándar a su alrededor, gastándose unos 84.000 dólares.
La pareja instaló un sistema centrífugo de tratamiento de aguas residuales que separa la orina de las partículas. A continuación, el líquido se purifica mediante plantas especiales y se utiliza para regar semilleros y árboles.
El invernadero permite ampliar la temporada de jardinería y cultivar flora mediterránea, como higos, y reducir los gastos de calefacción.
El espacio entre las paredes de la casa y el cerramiento acristalado puede utilizarse todo el año. Incluye varias terrazas compactas y una gran azotea.
Pero, por supuesto, este concepto sólo funcionaría en países con un clima riguroso caracterizado por veranos cortos e inviernos gélidos. Pero el mero hecho de que los protagonistas de este artículo estén contentísimos con su casa lo dice todo.
¿Qué le parece??
¿Cuál es el impacto real de utilizar un invernadero en una casa sueca para mejorar la eficiencia energética? ¿Se ha demostrado que este tipo de proyectos reducen significativamente el consumo de energía?
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