Singular arquitectura futurista de la necrópolis de Taiwán

Los tres círculos representan los tres espacios universales fundamentales, los tres planos: uno es el mundo de la Verdad que creó el universo de la Causa Suprema; el segundo es el mundo de nuestro mundo físico, que nos viene dado por la percepción; y el tercero es el mundo de los Navi, el más allá metafísico. Cada uno de estos mundos no puede existir sin los otros dos. Y los otros dos no pueden existir sin el tercero. Es esta estrecha interrelación la que Stephen ha intentado reflejar en su arquitectura, con profundos matices filosóficos.

Por supuesto, la sagrada trinidad tiene un aspecto diferente en cada cultura. Por ejemplo, en el cristianismo, el derivado de los tres Anillos de Borromeo es una triquetra – el símbolo de la Santísima Trinidad. Y en el hinduismo, es la Trimurti, el principal símbolo sagrado de los antiguos arios: Brahma, Vishnu y Shiva, que crean y sostienen el universo.

Quizás fue la gran amplitud de significado de este símbolo lo que impulsó el proyecto. El cementerio contiene las cenizas de personas de todos los credos. Cada religión tiene sus propios símbolos sagrados, cómo respetar a todos sin ofender a nadie? Hay que reconocérselo al arquitecto: el maestro resuelve la cuestión de una manera muy original, ética y bella.

Los paneles solares que descansan bajo la superficie de la cuenca proporcionarán el 60% de las necesidades energéticas de la necrópolis. El agua de refrigeración aumenta un 20% la eficiencia de las baterías.

No cabe duda de que un conjunto así es ante todo un centro cultural y luego un columbario. Pues a la entrada de la necrópolis habría un recinto con muchas funciones ennoblecedoras de la conciencia. Está previsto construir un hermoso vestíbulo, una galería de arte, un museo de la vida, un auditorio y una sala de ceremonias, una tienda y un restaurante. También habrá un hotel con 21 habitaciones.

No es difícil adivinar que una necrópolis tan sobresaliente acabará convirtiéndose en un punto de referencia famoso en Taiwán, atrayendo como un imán a los turistas enamorados de la estética.